¿Somos cada vez más tontos?

Navegando por los blogs que nos ha recomendado el profesor, me he topado con un post sobre el «Efecto Flynn» en el blog de Orientación educativa y tutoría de Susana Vila. Allí hay un vídeo Ted Talk que explica qué es el efecto Flynn y qué consecuencias tiene.

Básicamente, se trata de un estudio realizado, en su mayoría por James Flynn, durante varias décadas hasta 2008 y cuyo resultado fue que el coeficiente intelectual aumentaba de manera exponencial a medida que pasaba el tiempo. Se determinó que esto podía deberse a una mejor educación accesible para más personas, una mejor nutrición y avances en el ámbito psicológico.

Sin embargo, desde 2008 hasta hoy se han realizado más estudios que concluyen que el coeficiente intelectual ya no aumenta, sino que se está estancando o incluso disminuyendo. Esto preocupa a los investigadores porque surge la pregunta: ¿somos cada vez más tontos? ¿Cómo es esto posible si la educación, el nivel de vida y los estudios psicológicos avanzan? A este retroceso se le conoce como el «Efecto Flynn negativo».

El primer problema que yo veo es la clasificación de la población en gente «lista» y gente «tonta». Flynn estudió la clasificación de los diferentes test de CI hasta dar con el puntaje basado en 100 como media. Sin embargo, como ya es mundialmente sabido, estos test se han mantenido durante años iguales, sin investigar todas las áreas que comprende la inteligencia humana.

Estas pruebas no se adaptan a los cambios que se producen en el mundo ni en la sociedad, dejando de lado las nuevas tecnologías, la importancia de la teoría de las inteligencias múltiples o la existencia de la inteligencia emocional.

En mi opinión, el efecto Flynn no es algo cuantitativo de la inteligencia de la población. En cada momento, la sociedad fue «lista» en un ámbito. Al principio esos campos del saber no se podían (ni se querían) cuantificar en los test que se creaban. A medida que avanzó el tiempo, la sociedad evolucionó hacia un tipo de inteligencia que encajaba mejor con las áreas que se estudiaban en las pruebas presentadas. Finalmente, en la actualidad la sociedad vuelve a estar cambiando, de nuevo alejándose de esas preguntas concretas que tienen unos test que se han mantenido iguales mientras su entorno cambiaba. No creo que nos hayamos vuelto más «tontos». 

Creo que nosotros hemos sabido adaptarnos, algo vital para la supervivencia, no como los test de inteligencia que, si no se adaptan, inevitablemente acabarán extinguiéndose.