¿Qué quieres ser de mayor?

La perpetua pregunta. Un excelente comodín para cualquier conversación entre un adulto y un niño tras haber explotado el «¿qué tal el cole?». 

En infantil tampoco hace falta que nadie te lo pregunte para que tú se lo cuentes a cualquier persona que pueda parecer mínimamente interesada en el tema. Todos los oficios parecen viables e igual de atractivos: desde camareros hasta cantantes, pasando por futbolistas y maestros, se despliegan frente a ti, esperando a que seas lo suficientemente mayor como para ejercerlos. Las posibilidades son infinitas y, a medida que conoces nuevas profesiones, estas se van añadiendo a esa lista que puedes sacar a modo de respuesta para la pregunta: ¿qué quieres ser de mayor?

Sin embargo, con el paso del tiempo las opciones se desdibujan de la lista, dejando paso a versiones más realistas de esos trabajos soñados, en ocasiones, volviendo esa hoja repleta de profesiones en una en blanco.

Y esa pregunta que de pequeño te encantaba contestar se vuelve una pesadilla agobiante, que te presiona a tomar una decisión vital para un futuro incierto. Incluso aquellos que dicen tenerlo claro, ¿qué exactamente tienen claro? ¿Conocen las salidas laborales de aquello que quieren estudiar? ¿Saben realmente en qué consiste ese trabajo?

Realmente no solo falta orientación en los institutos para ayudar a escoger a los estudiantes una carrera, sino que también faltan recursos que ayuden al alumno a ver la realidad del mundo laboral. En el grupo en el que estuvimos hablando sobre el tema, algunas compañeras sacaron a la luz las propuestas de sus institutos para solventar estos problemas. Una de ellas fue una invitación en la que los interesados podrían ir a observar a trabajadores reales en una jornada laboral normal, como por ejemplo ir a un colegio a ver el trabajo de un profesor. La segunda consistía en llevar a antiguos alumnos o trabajadores voluntarios al instituto a responder las preguntas que los estudiantes pudieran tener sobre el oficio que cada persona desempeñara, desde el punto de vista del enfoque laboral.

De esta manera, los alumnos pueden descartar opciones de las que no estaban muy seguros o descubrir nuevas profesiones que despertaran en ellos interés, ayudándoles así a tomar una decisión que para muchos es un quebradero de cabeza.

Comentarios

  1. ¡Me ha encantado tu post! Realmente falta ayuda por parte de los centros para orientar laboralmente a los estudiantes, y para ellos es muy agobiante hasta que lo tienen decidido. ¡Tu opinión es realmente interesante y tu blog super aesthetic!

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  2. Muy interesante tu opinión y perspectiva sobre la orientación. La verdad me desanima un poco saber que en la actualidad todavía el ejercicio de la orientación en los centros educativos sea todavía muy deficiente y, muchos jóvenes todavía no sepan muy bien qué estudiar. La segunda propuesta sobre la orientación laboral me parece muy interesante y, creo, fácil de llevar a cabo.

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  3. Muy de acuerdo con tu opinión, si con 25 años la mayoría de encuentra perdido y sin tener claro qué hacer en el futuro académico y laboral, ¿Cómo vamos a saberlo con 16/18 años? Debería haber una orientación mejor y más implicada como explicas en el post. La última propuesta me parece un ejemplo muy bueno que podría ayudar bastante.

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